El término leucoaraiosis se utiliza en medicina para describir un hallazgo radiológico que consiste en la pérdida difusa de densidad en varias regiones de la sustancia blanca del cerebro, próximas a los ventrículos cerebrales y a la corteza cerebral profunda. No es un diagnóstico, sino un hallazgo radiológico, se detecta mediante imágenes obtenidas por diferentes técnicas, como la resonancia magnética nuclear y la tomografía axial computarizada.
Imagen de resonancia magnética ponderación T2 FLAIR: lesiones de leucoaraiosis (flechas).
La leucoaraiosis puede aparecer en diferentes procesos, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia multiinfarto y la enfermedad de Binswanger, aunque es frecuente que se observe en personas de edad avanzada que no presentan ningún signo de enfermedad. De esta forma se detecta en el 22% de sujetos menores de 40 años y en un 30-92% en mayores de 60 años, por ello para muchos autores no sería más que un proceso fisiológico asociado al envejecimiento.
Introducción. La leucoaraiosis (LA) frontal es un hallazgo frecuente en pacientes con enfermedad de pequeñas arterias subcorticales, siendo su patogenia actualmente atribuida a mecanismos hipóxico-isquémicos. Clínicamente se asocia a un síndrome frontal subcortical vascular (SFSV) para el cual no existe tratamiento eficaz reconocido. Casos clínicos. Presentamos 4 pacientes de un estudio prospectivo simple ciego controlado de oxigenoterapia hiperbárica (OHB) vs aire en el SFSV con LA. Todos mostraban LA frontal o extendida en la tomografía computarizada, con lagunas en ganglios basales y centros semiovales, y presentaban defectos de moderados a graves de la marcha y control miccional, deterioro cognitivo e incapacidad para realizar las actividades de la vida diaria. Llevaban de 2 a 10 años de evolución y sus defectos habían permanecido estables en los 3 meses previos al estudio. Fueron evaluados con escalas y pruebas validadas una semana antes y después de recibir 10 sesiones de OHB, de 45 minutos cada una, a 2,5 atmósferas absolutas (ATA). No hubo efectos adversos serios y en todos se observó mejoría notable motora, esfinteriana y cognitiva que se reflejó en un aumento de su independencia. Clínicamente se mantuvieron estables de 4 a 5 meses, al cabo de los cuales reaparecieron los defectos previos. Entonces, 3 pacientes recibieron 10 sesiones de 45 minutos cada una de aire a 1,1 ATA (controles) y el otro se volvió a tratar con OHB, mejorando como la primera vez. De los controles, en 2 no se apreciaron cambios y el restante sólo mejoró cognitivamente.
Conclusión.
Los 4 casos muestran que la OHB logra, al menos parcialmente, revertir durante meses defectos neurológicos crónicos asociados a LA frontal vascular señalando la existencia de una reserva funcional terapéuticamente aprovechable